viernes, 19 de marzo de 2010

LA CAFETERA


Mamá y papá discutían muy a menudo. Empezaban con una tontería pero luego aquello parecía un tornado tropical. Rencores, envidias, ilusiones perdidas volaban por la casa destrozándolo todo a su paso. Después, llegaba la tregua y firmaban la paz frente a una taza de café. Pero un día, mi hermana Maria Elena, que siempre ha pecado de boba, le prestó la cafetera a la vecina. Esa noche la discusión fue apoteósica y mis padres no encontraban la forma de apaciguarse. A media noche mi papá empezó a hacer la maleta. Mi mamá fumaba un cigarrillo tras otro sentada en el sillón. Cuando al día siguiente la vecina nos devolvió la cafetera, mi madre le dijo que podía quedársela. Desde ese día en mi casa tomamos café instantáneo.
JCA