Hace dos años que no te fuiste
y te retengo en una lluvia de adjetivos
en una inclemencia acuática
en la que sigues viva.
Estás en la incertidumbre de los fluorescentes,
en las madrugadas a traición
sin pastillas de dormir, ni vaso de agua
en la mesilla.
Estás en las tiendas que Paula dibuja,
en los lunes con viento sur.
en un reloj sin tiempo,
-vienes y vas, vienes y vas-,
porque hoy de nuevo te he soñado
joven, con un moño pelirrojo, y las manos de harina
tú que solo de vieja hiciste repostería.
Bizcochos de eternidad.
Llueven palabras sobre mi cabeza.
El reloj es tu corazón roto.
Veo las flores que Teresa no llevó a tu entierro,
y que el abuelo cambia de agua,
cada dos días.
Y el tiempo, el tiempo, el tiempo.
-vienes y vas, vienes y vas-.
Pronto primavera, y sandalias, uñas de colores
que me recuerdan que
te gustaba pasear con un sombrero
cogida del brazo de tu amiga
Os reíais como las niñas que no fuisteis.
Primavera de nuevo,
y hace dos años que no te marchaste, madre.
y te retengo en una lluvia de adjetivos
en una inclemencia acuática
en la que sigues viva.
Estás en la incertidumbre de los fluorescentes,
en las madrugadas a traición
sin pastillas de dormir, ni vaso de agua
en la mesilla.
Estás en las tiendas que Paula dibuja,
en los lunes con viento sur.
en un reloj sin tiempo,
-vienes y vas, vienes y vas-,
porque hoy de nuevo te he soñado
joven, con un moño pelirrojo, y las manos de harina
tú que solo de vieja hiciste repostería.
Bizcochos de eternidad.
Llueven palabras sobre mi cabeza.
El reloj es tu corazón roto.
Veo las flores que Teresa no llevó a tu entierro,
y que el abuelo cambia de agua,
cada dos días.
Y el tiempo, el tiempo, el tiempo.
-vienes y vas, vienes y vas-.
Pronto primavera, y sandalias, uñas de colores
que me recuerdan que
te gustaba pasear con un sombrero
cogida del brazo de tu amiga
Os reíais como las niñas que no fuisteis.
Primavera de nuevo,
y hace dos años que no te marchaste, madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario