domingo, 29 de noviembre de 2009

LLUEVE

Hoy me he levantado pensando en que hay alguien igual que yo, en otro punto del planeta, en una ciudad quizás como Tokio, o en una aldea en Nueva Zelanda, y que esa mujer que soy yo, pero es otra, con otra vida, se ha levantado contenta. En su mundo, vida, existencia paralela, no llueve. Y ha desayunado mirando al sol, con los ojos entrecerrados, y ha pensado, cómo sería ser otra persona, en un mundo húmedo, gris, triste, en una ciudad dormitorio de un país europeo. Mientras pensaba en estas cosas, de sosias, mundos paralelos, dobles, historias que empiezan en un lugar y acaban en otro, observaba la calefacción cubierta de calcetines. Con esta humedad la ropa no se seca. Hay tanta tristeza en esa ropa que cubre los radiadores... Mi madre hacía membrillo de manzana y nunca ponía la ropa en los radiadores. Ella esperaba a que la ropa se secara en el patio. Eran otros tiempos, o quizás eran simplemente otros radiadores.
JCA