viernes, 20 de noviembre de 2009

LARGO ES EL ARTE - Ángel González

El poeta hace felices a los demás cuando se arranca un trozo de intestino y lo encuaderna. Cuando se peina y deja en el cepillo restos de rima en asonante. Por todas partes vibran sus palabras, amigas, enemigas. Sobran datos, referencias, números y elogios. Las personas se van pero sus obras quedan. Y consuelan. Y guardan en su leve estructura el milagro de un pensamiento musical. Atrevido. Versos que acompañan a los insomnes, a un adolescente con un piercing en el glande, a una mujer que lleva una iguana subida a un hombro, a ti y a mí y al hombre que fuma una pipa en un banco frente a un colegio —hombres de vidas apretadas, muchachas que crecen entre el ruido—. A ese taxista con un palillo entre los dientes, fundido en un atasco. Habrá palabras nuevas para la nueva historia y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde. Voces de gas, infladas, desinfladas, atadas a una cuerda como globos. Herramientas sonoras, ladrillos de un muro invisible. Vocablos que, cogidos de la mano, bailan al corro de la patata. Y forman versos juguetones, lanzados como aros de malabarista. Hermosos en su danza vertical. Reconfortantes.
Siempre quedará su poesía, cayendo en oídos anónimos y germinando, creciendo, vistiendo, desnudando el alma.
Y en ella el autor vivirá para siempre. Iluminado.
JCA

Aportación al preciosos libro homenaje al poeta Ángel González que hizo el Ayuntamiento de Alcorcón el año 2008.