nada más,
Ese roce inoportuno,
ese intercambio de sonrisas.
Y tus ojos,
mirándome a los ojos.
Cosas de crías,
Esa forma de cogerme,
de agarrarme la muñeca,
y de decirme,
amigas para siempre.
A pesar de que mi boca
añore y sueñe la humedad y la hermosura.
Y la piel reclame
la caricia antes que el abrazo fraternal
o el comentario cómplice.
Te descubro
persiguiendo el inicio de mi vello,
el triángulo equilátero de mis rodillas,
el cuello o el ombligo.
Tan indefensas.
Cosas de crías.
Este empeño por jurarnos
una fidelidad equivocada.
Seguiremos juntas,
se pare el mundo o continúe
su girar eterno.
Amigas para siempre.
Y mientras tanto,
mientras crecemos,
seguimos llamando a las cosas
por otros nombre.
¿O qué es si no
esta forma de vivir enrabietadas?
JCA