jueves, 24 de marzo de 2011

DIENTES

Cada vez que a Mary Jean se le caía un diente, lo plantaba en aquella maceta pequeñita, la de color naranja. Regaba la tierra Mary Jean, la tierra santa pero estéril, que no daba árbol de dientes.
Estás tonta, Mary Jean, tonta del culo.
¿Qué coño de planta crees que ese esa?
Mary Jean anciana abría su boca vacía, desdentada, agujero húmedo del que brotaban las palabras.
La planta de la esperanza, contestaba. Y ahora era ella la que miraba a los demás con gran desprecio.


JCA