Cuando el cuerpo dejó de ser el cuerpo,
para volverse fábrica, pescadería,
vertedero,
abominaste de él,
dejaste de amarlo.
Envolviste en cinta aislante tus pechos,
porque no los querías,
y te colocaste un dildo entre tus piernas
para follarte a quien amabas,
a quien odiabas,
para dar por culo al mundo entero.
El cuerpo dejó de ser cuerpo reconocido,
para volverse experimento.
También fantasía.
Pero había más de ti en el cuerpo inventado
que en el otro, el viejo,
abandonado, moribundo y dolorido cuerpo.
Había más de ti en las prótesis de plástico,
que en la carne tibia.
¿Cuánto tiempo tardarías en reconocerlo?
Hasta que un día, el cuerpo destronado,
recuperó su dignidad de mapa,
de pizarra,
para volverse estructura,
sostén que permitía
la reconstrucción continua.
Ahora lo reutilizas, reciclas sobre tu carne.
Te vas, pero vuelves.
Estás volviendo.
Y una y otra vez.
Porque, como has descubierto,
nada es estático y rotundo.
JCA
para volverse fábrica, pescadería,
vertedero,
abominaste de él,
dejaste de amarlo.
Envolviste en cinta aislante tus pechos,
porque no los querías,
y te colocaste un dildo entre tus piernas
para follarte a quien amabas,
a quien odiabas,
para dar por culo al mundo entero.
El cuerpo dejó de ser cuerpo reconocido,
para volverse experimento.
También fantasía.
Pero había más de ti en el cuerpo inventado
que en el otro, el viejo,
abandonado, moribundo y dolorido cuerpo.
Había más de ti en las prótesis de plástico,
que en la carne tibia.
¿Cuánto tiempo tardarías en reconocerlo?
Hasta que un día, el cuerpo destronado,
recuperó su dignidad de mapa,
de pizarra,
para volverse estructura,
sostén que permitía
la reconstrucción continua.
Ahora lo reutilizas, reciclas sobre tu carne.
Te vas, pero vuelves.
Estás volviendo.
Y una y otra vez.
Porque, como has descubierto,
nada es estático y rotundo.
JCA