viernes, 2 de septiembre de 2011

UNA NOCHE MÁS

Gehard Demetz

En su lengua brillan las vocales
de las palabras engullidas.
Se tragó un discurso entero,
ansiosa,
sin ni siquiera beber agua.
Pegados a sus labios, como fideos,
dos letras muestran
su naturaleza invertebrada.
Empachada de literatura duerme
un sueño mudo y vacuo.
Cuando retiro el flequillo de sus ojos,
descubro una metáfora escondida.
Las sinalefas reptan por su espalda.
Llueven tildes sobre su esqueleto
y de su nariz brota un aire cálido,
repleto de fonemas.
Rabioso de adjetivos,
celoso hasta la médula,
acaricio desesperado sus pies fríos.
Y mientras ella, ajena,
deambula en su mundo onírico,
el libro culpable descansa en su regazo
con su aire dócil y felino.
JCA